Mirar tu pasado no es perder el tiempo. Si no lo haces no puedes aprender de tus errores y volver a repetir tus aciertos. La vida tiene etapas y suelen repetirse. Si no miras tu pasado y piensas que hacerlo es completamente inútil nunca podrás enfrentarte al presente y nunca podrás conseguir el futuro que quieres tener. Es tan fácil como darse la vuelta y buscar la piedra con la que te caíste. Así, cuando la vuelvas a encontrar sabrás dónde estaba y no volverás a caerte. Los errores que has cometido no pueden volver a cometerse y esta vida va de aprender. Siempre hay que aprender. La gente cree que lo hecho, hecho está, y que no se puede arreglar, así que lo mejor es dejarlo ahí y olvidar, sin mirar atrás. Pues bien, hay momentos y momentos, pero no se pueden olvidar los errores. Hay que aprender de ellos para poder seguir adelante.
jueves, 27 de diciembre de 2012
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Tú primero.
¿Cómo quieres que acepten lo que te gusta si no dejas que lo sepan? ¿Cómo intentas que entiendan tu forma de ser si no eres capaz de mostrarla realmente? ¿Cómo intentas saber si les importas si no dejas que nadie intente entender tus problemas ni dejas que nadie te ayude nunca? ¿Cómo quieres que los demás no critiquen tu físico si tú eres incapaz de mirarte en el espejo? El primer paso para que te acepten es aceptarte a ti mismo y si tu no eres capaz de hacerlo nadie podrá. No digo que luego todo lo que venga vaya a ser fácil pero el camino de tu vida será difícil igualmente. Así que empieza por decidir qué dirección vas a tomar y a quién vas a dejar acompañarte.
Mírate más allá.
Una persona cambia su forma de ser miles de veces a lo largo de su vida. Se deja llevar por modas, por la forma de ser de otros, por sus amigos, conocidos, familiares e incluso se dejan llevar por la forma de ser que imaginan que tiene la gente. Luego resulta que se equivocan y han intentado imitar a alguien que no era como ellos creían. Después no saben como son ellos porque descubren que al no conocer bien a la persona que imitaron no se conocen a ellos mismos. Este es uno de los grandes problemas que tiene la gente: que no se conocen a sí mismos. Van por la vida buscando la personalidad de alguien que le guste para poder adoptarla y poder sentirse un poco más cómodos con ellos mismos. Pero eso solo es una equivocación detrás de otra. Si no intentamos mirar un poco más allá de lo que hace todo el mundo, un poco más allá de lo que se supone que está bien hacer y de lo que se supone que está mal, un poco más allá de lo que han intentado imitar, un poco más allá de su aspecto... Solo hay que mirar un poco en nosotros mismos y buscar cómo somos en realidad. Todo el mundo se deja llevar, hasta la persona más original que te puedas encontrar se ha dejado llevar por algo o por alguien. La diferencia está en las personas que lo aceptan y se intentan buscar a sí mismas y las que se creen que se conocen lo suficiente y que no se dejan llevar nunca. Y es que conocerse no es cuestión de tiempo, es cuestión de ganas.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Si no arriesgas no ganas.
Esa típica frase que todos dicen para animarte siempre dará que pensar. ¿Y qué si no quiero ganar? A lo mejor solo quiero seguir así. Quizás esté a gusto y no quiera cambiar nada. Puede ser que esté bien de este modo y no quiera arriesgar. Me da igual arriesgar si no me importa el resultado, pero, sí, me importa el resultado. Arriesgarse no es ganar ni perder. Es solo intentarlo y yo no quiero arriesgar si no estoy segura de que ganaré. No arriesgaré si no sé que después podré seguir adelante y podré continuar. No arriesgaré si no estoy convencida de que las cosas cambiarán a mejor. Y es que esta frase es siempre la solución que te dan pero no se paran a escuchar si es lo que verdaderamente necesitas. Cada persona es distinta, cada persona tiene una vida, cada persona tiene unos problemas... ¿Y resulta que la solución a todos es arriesgar? Siempre puede salir mal, no siempre ganarás. Solo es intentar ganar cambiando algo de tu vida. Algo pequeño que puede hacer que todo lo demás de un giro. Pero si arriesgas y lo intentas siempre puede ser para bien o para mal. Y yo no quiero perder ni ganar, solamente quiero seguir caminando.
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